Criterios de calidad
1. Criterios de rigor
De las tres dimensiones citadas, destaca el rigor. En
el plano teórico, todas las series de normas señalan
que una evaluación rigurosa requiere, entre otras cosas, el uso de medidas válidas y fiables, así como
métodos apropiados de análisis de datos. Pero en la
práctica el consenso es más difícil, pues determinar
procesos evaluativos aceptados por todos para documentar el rigor constituye una tarea problemática.
Tres factores explican esta situación:
a) Contexto del estudio: el tiempo y el costo afectan a la elección de métodos para establecer el rigor.
b) Diseño del estudio: aunque los conceptos pueden ser análogos, los diferentes tipos de diseño re
quieren prácticas diferentes.
c) Paradigma de investigación en el que está inscrito el proyecto: requiere de una lógica particular de
justificación, la cual permite considerar que unas
prácticas son más aceptables que otras para definir
aspectos de rigor.
2. Criterios de utilidad
Stufflebeam (1981) basa la selección de criterios en
la necesidad de obtener información de calidad de
acuerdo a una doble perspectiva:
a) Que la información sea un reflejo exacto de la
situación, es decir, que sea consistente, donde los
procesos de obtención y análisis deben conformarse
con los criterios científicos actuales.
b) Referente al nivel del que la recibe y que podríamos llamar la capacidad de estar informado.
Estos criterios, que se denominan prácticos o de
utilidad, son tan vitales que hacen que los criterios
científicos señalados constituyan una condición necesaria. pero no suficiente, de calidad evaluativa.
3. Criterios éticos
Posavac y Carey (1989) interpretan las normas éticas
para evaluadores e incluyen principios de conducta
ética en investigación, así como descripciones de
prácticas correctas de evaluación de programas.
La razón de la combinación de los dos aspectos es
la creencia de que la ética en evaluación significa
algo más que ser honesto con el dinero, los datos y
los sujetos investigados. Aquí se encuentra implícita
la idea de que la ética debe plasmarse en informes
claros, útiles y precisos.
Especial énfasis adquiere la naturaleza política y
aplicativa de las evaluaciones de programas, la cual
se enfrenta más que a la investigación básica, a di
lemas éticos. Por ello los evaluadores deben observar
considerables precauciones al sus estudios.
Objetividad, honestidad y justicia son algunos de
los criterios que se deben usar para examinar evaluaciones de programas educativos, pues en estos
elementos subyace todo un sistema de valores éticos,
morales y profesionales inherentes a las condiciones
de desarrollo cultural de quienes evalúan.