jueves, 15 de abril de 2021

 Conclusiones 

La pretensión de establecer los criterios que de cumplir una evaluación o metaevaluación, permite que los investigadores educativos asignen diversas cualidades a la actividad evaluativa: que el juicio de valor sea claro y riguroso, que permita llegar a conclusiones fundamentadas, que incluya una recolección sistemática de información y que se realice con rigor científico, entre otros requisitos. Pero aun incluyendo estos aspectos esas cualidades son insuficientes para resolver el problema de cómo definir la calidad de una metaevaluación. Más allá de la satisfacción de uno o de varios criterios de los considerados por los expertos como ejemplos de buena práctica evaluadora, debe haber alguna característica más general que relacione to dos ellos y que sea la esencia de la calidad evaluativa Esta calidad tiene que verse en el referente de la calidad de la educación, porque la evaluación es el motor de aquélla. Sólo puede ser de calidad una evaluación cuando mejora la calidad educativa. Eficacia eficiencia y funcionalidad, son las dimensiones fundamentales donde radica la construcción de la calidad de una metaevaluación de un sistema de coherencias múltiples entre los componentes del proceso de la metaevaluación

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA



Rosales Estrada, G. (1996, marzo). La Metaevaluación Educativa. Unid.Neolms. Recuperado el día 15 de abril del 2021 de, https://unid.neolms.com/files/7367726/La_Metaevaluacion_educativa.pdf?lmsauth=80caabf7c632433f5177ac64afd7507cc0ba8dd6

 Necesidad de establecer elementos normativos de evaluación

Una de las características de la práctica profesional es el respeto de normas referentes al servicio que garantizan. Sanders y Nafzinger (1974), dan tres razones para justificar la necesidad de establecer normas de evaluación; 

1. El hábito en evaluación es un proceso que ha aumentado considerablemente, siendo difícil de abarcar en forma individual.

 2. Se ha incrementado notablemente la evaluación en el ámbito educacional; en consecuencia, se hace necesario transmitir sugerencias y advertencias para la práctica de la evaluación educativa

3. Ha habido un aumento del control sobre el modo de evaluar las prácticas evaluativas. La evaluación de los programas puede influir en las decisiones y pensamientos de quienes se encuentran en situaciones de responsabilidad; la confianza en la evaluación frecuentemente la tienen audiencias que no pueden evaluar sus méritos; de lo anterior se desprende la necesidad de un estamento con autoridad sobre lo que constituye una buena práctica evaluativa, para que demandantes y evaluadores puedan tener un punto referencial común. 


Se deben considerar cuatro dimensiones básicas de análisis en cualquier proceso evaluativo o metaevaluativo: 

a) Utilidad: comprende las normas de evaluación necesarias para que ésta sea informativa, realista y transmisible. Requiere que los evaluadores se familiaricen con sus audiencias, se percaten de las necesidades de información de éstas, elaboren evaluaciones que respondan a tales necesidades y remitan de forma clara la información adecuada cuando sea necesaria. Todo esto debe basarse en normas de utilidad, las cuales se ocupan de determinar si una evaluación satisface las necesidades prácticas de información de los implicados en un programa. La utilidad se relaciona con el servicio que presta  una determinada evaluación a una determinada audiencia.

 b) Viabilidad: incluye las normas donde se reconoce que un proyecto de evaluación educativo debe ser realizable. Una preocupación es que el diseño de la evaluación sea operativo en el ambiente real en el que se ha de aplicar, y otra es que la evaluación sólo consuma el material y tiempos necesarios para el lo gro de sus propósitos. En suma, la viabilidad requiere que las evaluaciones sean realistas, prudentes y económicas. 

c) Legitimidad o corrección: establece cómo las evaluaciones educativas afectan al ser humano en formas distintas. Pretende que se protejan los derechos de las personas afectadas por una evaluación.

d) Precisión o exactitud: incluye aquellos elementos que determinan si una evaluación ha producido la información técnicamente adecuada y que sus conclusiones se ajusten de forma lógica a los datos obtenidos. Trata de asegurar que una evaluación re vele y proporcione la información adecuada acerca de las características del objeto en estudio, así como determinar su mérito o valor.

 Criterios de calidad

1. Criterios de rigor 

De las tres dimensiones citadas, destaca el rigor. En el plano teórico, todas las series de normas señalan que una evaluación rigurosa requiere, entre otras cosas, el uso de medidas válidas y fiables, así como métodos apropiados de análisis de datos. Pero en la práctica el consenso es más difícil, pues determinar procesos evaluativos aceptados por todos para documentar el rigor constituye una tarea problemática. 

Tres factores explican esta situación: 

a) Contexto del estudio: el tiempo y el costo afectan a la elección de métodos para establecer el rigor.

 b) Diseño del estudio: aunque los conceptos pueden ser análogos, los diferentes tipos de diseño re quieren prácticas diferentes.

 c) Paradigma de investigación en el que está inscrito el proyecto: requiere de una lógica particular de justificación, la cual permite considerar que unas prácticas son más aceptables que otras para definir aspectos de rigor.



2. Criterios de utilidad 

Stufflebeam (1981) basa la selección de criterios en la necesidad de obtener información de calidad de acuerdo a una doble perspectiva: 

a) Que la información sea un reflejo exacto de la situación, es decir, que sea consistente, donde los procesos de obtención y análisis deben conformarse con los criterios científicos actuales.

 b) Referente al nivel del que la recibe y que podríamos llamar la capacidad de estar informado. Estos criterios, que se denominan prácticos o de utilidad, son tan vitales que hacen que los criterios científicos señalados constituyan una condición necesaria. pero no suficiente, de calidad evaluativa.



3. Criterios éticos 

Posavac y Carey (1989) interpretan las normas éticas para evaluadores e incluyen principios de conducta ética en investigación, así como descripciones de prácticas correctas de evaluación de programas. La razón de la combinación de los dos aspectos es la creencia de que la ética en evaluación significa algo más que ser honesto con el dinero, los datos y los sujetos investigados. Aquí se encuentra implícita la idea de que la ética debe plasmarse en informes claros, útiles y precisos. Especial énfasis adquiere la naturaleza política y aplicativa de las evaluaciones de programas, la cual se enfrenta más que a la investigación básica, a di lemas éticos. Por ello los evaluadores deben observar considerables precauciones al sus estudios. Objetividad, honestidad y justicia son algunos de los criterios que se deben usar para examinar evaluaciones de programas educativos, pues en estos elementos subyace todo un sistema de valores éticos, morales y profesionales inherentes a las condiciones de desarrollo cultural de quienes evalúan.




CONCEPTO

La definición de metaevaluación, a la luz del proceso educativo, debe ser coherente con la de evaluación, ya que se trata de un caso particular de la misma. Si la evaluación es un juicio de valor sobre algo, es decir, la determinación de su valor y mérito, la metaevaluación es un juicio de valor sobre la evaluación



Stufflebeam (1981) la define como el proceso de diseñar, obtener y utilizar información descriptiva y de enjuiciamiento acerca de la utilidad, del valor práctico y de la adecuación ética y técnica de una evaluación, para guiarla y hacer público el informe de sus puntos débiles y fuertes.


El Join Committee on Slandars for Educaíional Evaluation (1981: 166) define la metaevaluación como "la evaluación de fa evaluación", pero también habla del examen o auditoría de una evaluación como "examen y verificación independientes de la calidad de un plan de evaluación, de la suficiencia con que fue puesto en práctica, de la precisión de los resultados y de la validez de sus conclusiones", lo que Centro de Innovación, Desarrollo e Investigación Educativa, UAEM. 9 NOBvaa U-O. H-R CIENCIA EROO SU M 25 26 supone una descripción más detallada de las implicaciones de la evaluación




 Introducción

La metaevaluación. como práctica de evaluar la evaluación (Scriven, 1974; Stufflebeam, 1974, 1978; Cook and Grunder. 1978), asume que los procesos correctos de evaluación requieren de contrastar sesgos. errores técnicos, costos excesivos y utilización de resultados, entre otros. Estos contrastes permiten perfeccionar la evaluación y justificar la inversión de recursos de todo orden en estas empresas. Sólo una pequeña proporción de estudios de evaluación son, a su vez, evaluados; de los pocos procesos de metaevaluación que se efectúan, una parle sustancial son de tipo interno, es decir, ejecutados por el mismo evaluador. La resistencia a ser evaluado (Scriven, 1984) es una condición inherente al ser humano, la cual también afecta a los evaluadores